En febrero escribí esta reflexión despues de leer un post en el Blog de Gerardo, que me removió y hoy como es el día del Padre se las dejo como homenaje a Alberto mi querido papá.
Leía tu blog y seguí tu consejo, leí a Ramón Díaz y se me vino a la cabeza el domingo 29 cuando escuchaba la homilía de mi amigo Nano, que despedía a su padre. Fue un domingo distinto, no pude contener las lágrimas al escuchar como hacia una poesía de la vida de su padre, agradeciendo hasta lo que podría ser un reclamo o un reproche. Pero oír ese tan sentido homenaje de una vida tan simple y tan intensa no me podía dejar impávido. El calor de esa mañana con esa Parroquia tan llena gente y yo ahí, escuchando, tratando de sentir el dolor de mi amigo, impresionándome de esa vida que dejaba, no solo en Nano, sino en toda su familia, una huella de amor, de sabiduría, de esfuerzo, de pobreza y de entrega total.
Y yo ahí, agradeciendo el regalo de mi padre que aun me acompaña en este camino y el regalo de ser padre, pues tenia que estar entero para ir a dejar a Elizabeth al terminal de buses, ya que sus vacaciones llegaban a su fin y volvía a su tierra con su compañero. Fue un domingo lleno de emotividad y agradecimiento, un domingo distinto en que volvía a mi rutina, a mi soledad, a mi espacio, en fin volvía a mí mismo.
En un día como hoy 7 de febrero, mi padre fue padre por primera vez, pues nacía hace 47 años Patricio mi hermano mayor, quien ha estado este día entero en mi memoria, en mi oración y en el querer escribirle a Italia, todo lo que no le dicho desde septiembre del 2001 cuando pasamos ese fin de semana en Roma, después del atentado de las torres gemelas... ¡el teléfono no es suficiente y no tiene mail!.
Aquí estoy pensando en mi padre, con el que hable hace unos días y donde me transmitía la alegría, el orgullo y su especial emoción, de saber que su nieto le sigue los pasos. El agradecido viajaba ese día al Santuario de Auco a agradecerle a Dios por medio de su Teresita querida, la bendición que estaba recibiendo... ¡ese es mi papá! ... Gracias Señor por él.
Y yo ahí, agradeciendo el regalo de mi padre que aun me acompaña en este camino y el regalo de ser padre, pues tenia que estar entero para ir a dejar a Elizabeth al terminal de buses, ya que sus vacaciones llegaban a su fin y volvía a su tierra con su compañero. Fue un domingo lleno de emotividad y agradecimiento, un domingo distinto en que volvía a mi rutina, a mi soledad, a mi espacio, en fin volvía a mí mismo.
En un día como hoy 7 de febrero, mi padre fue padre por primera vez, pues nacía hace 47 años Patricio mi hermano mayor, quien ha estado este día entero en mi memoria, en mi oración y en el querer escribirle a Italia, todo lo que no le dicho desde septiembre del 2001 cuando pasamos ese fin de semana en Roma, después del atentado de las torres gemelas... ¡el teléfono no es suficiente y no tiene mail!.
Aquí estoy pensando en mi padre, con el que hable hace unos días y donde me transmitía la alegría, el orgullo y su especial emoción, de saber que su nieto le sigue los pasos. El agradecido viajaba ese día al Santuario de Auco a agradecerle a Dios por medio de su Teresita querida, la bendición que estaba recibiendo... ¡ese es mi papá! ... Gracias Señor por él.