CARGANDO LAS PILAS

El fin de semana pasado viaje a cargar las pilas a mi tierra natal, esa que echo de menos de vez en cuando y que me llama para verla, pero más que eso me llama mi familia que con su cariño le devuelve a mis pilas la energía que requieren para seguir el camino.

El viaje fue especial desde el principio, lo decidi a última hora del viernes y arregle todo lo que se podía para desaparecer hasta el martes. Partí con mis amigos Morrocotudos hacia el vecino puerto de Iquique en un bus muy temprano, un viaje que no hacia desde hace mucho tiempo donde pude ver de nuevo este desierto que me atrapa en su soledad y me evoca recuerdos y sensaciones que son difíciles de expresar.

Despues de ver Humberston, Santa Laura y Alto Hospicio, que esta gigante, arribamos a Iquique, ahi nos dirigimos de inmediato a la oficina de Aerolineas del Sur donde sería emitido mi boleto para viajar por la tarde a Santiago. Terminado ese tramite, acompañe a Gerardo y Victor a su chequeo en el hotel donde se hospedarian el fin de semana. Posteriormente salimos en busca de un lugar para disfrutar un almuerzo en compañía de esos locos que se han metido en mi historia, pues compartimos sueños y realidades que nos unen en una amistad nueva, sana y gratificante.

Entre risas, comidas, tiendas y uno que otro cacho que resolver por trabajo, disfrutamos hasta mi partida al aeropuerto, ellos quedaron y yo volava con la ilusión de mojarme con la lluvia que caía en Santiago. A mi arribo en la noche, la lluvia ya se habia disipado y las luces de Santiago me esperaban para la cena con otros amigos, una cena que también aportaría mucho a mi reacarga de pilas.

En la mañana muy temprano me despertó un llamado de mi madre quien no sabía que estaría con ellos a la hora de almuerzo, ducha, un desayuno reparador y el bus que me llevaba a Quilpué eran mi nuevo paisaje, ese que siempre disfruto mientras observo los cambios, cada vez mas viñas que estan plantadas en laderas de cerros que antes estaban cubiertos de boldos y eucaliptus.

A la llegada me encontre con mi papá que fue el primero en abrazarme y de ahi mi encuentro con Pato mi hermano que esta de visita desde Italia y no lo veía hacía bastante tiempo, ente sopresas, llantos y risas mis pilas se iban cargando de a poco, los besos de mi hija, los de mi madre y mis sobrinos me conectaban nuevamente a este lugar tan conocido y a veces tan distante de mi memoria.

Comenzo la fiesta de comidas, vinos, risas y recuerdos donde la casa se iba haciendo mas estrecha a medida que llegaban mis tios, primos y en donde con Ely buscabamos un lugar para estar más en privado y poder conversar de nuestras vidas. Las carcajadas y gritos se sucedian en mis oídos y siempre habia algo que preparar en la cocina que era nuestro centro de la fiesta.

Dos días cargados de emociones, comistrajos, bromas, risas y llantos de alegria que me conectaban a mi historia de siempre, esa que se queda en casa de mis padres, pero que le da el impulso a mi vida cotidiana aca en Arica. Mucha energía se cargo en mis pilas esa que solo me da el amor de mi familia que esta lejos, pero muy cerca en mi corazón y de mis recuerdos. Gracias Señor por ese fin de semana largo.